Visita este parque temático de reconocimiento mundial que, además de diversión, ofrece educación ambiental y suma esfuerzos para cuidar la fauna exótica y de la región.
Siempre hay más de una historia que contar cuando las palabras Hacienda Nápoles se escuchan en una habitación. La que compartimos contigo hoy es una más optimista que apela a la conservación ambiental y a la resignificación de un pasado difícil que se transforma y da paso a memorables recuerdos; esos que nos llevamos de este destino en el municipio de Puerto Triunfo, más exactamente en Doradal.
Como queríamos aprovechar el día, salimos de madrugada, a eso de las 5:00 a.m., y vimos los primeros destellos de luz matutina desde la autopista Medellín-Bogotá. El viaje duró unas tres horas y, al llegar, nuestra primera impresión fue estar en otro país, quizá en Kenia o alguno semejante, pues nunca habíamos visto una puerta tan llamativa, además del enorme kiosko de la entrada que nos pareció hermoso.
Un pedacito de la sabana africana, ¡en pleno Magdalena Medio!
Una carretera destapada nos iba conduciendo al interior de pastos verdes y lagos donde descansaban varios pájaros. Un portal con las palabras “Sabana africana” nos produjo emoción: estábamos entrando en un santuario de fauna salvaje y silvestre.
De repente fueron apareciendo hipopótamos, cebras, antílopes y elefantes. A lo largo del recorrido nos hablaron sobre la importancia de respetar la fauna silvestre y no comprar animales que pertenecen al bosque, los cuales, por su naturaleza, no pueden ser tratados como mascotas.
Conocimos especies únicas como el cervicapra, una mezcla entre cabra y venado; y el cebrasno, una mezcla entre cebra y asno: ¡definitivamente exóticos! También nos acercamos a ver tigres de Bengala, leones y jaguares en el hábitat que fue adecuado para ellos en el parque.
Una celebración de la vida
En la Hacienda Nápoles los animales no están en cautiverio, sino en “libertad controlada”, con espacios generosos y en condiciones similares a sus lugares de origen; un esfuerzo de conservación que se lleva a cabo de la mano de las autoridades ambientales. Así lo explica Oberdan Martínez Orozco, administrador del parque temático.
Además, tienen convenios con universidades para la educación y sensibilización sobre especies en peligro de extinción, como el cocodrilo del Orinoco o caimán llanero, como también se le conoce.
La atracción Kaliwa también nos gustó muchísimo. En el mismo lugar donde antes estaba la casa principal de esta hacienda, crearon una aventura mágica con animales mecatrónicos de la fauna colombiana incluyendo, por supuesto, una invitación al cuidado y a la preservación del medioambiente.
Destacado:
Con las comunidades vecinas se promueve la conservación de especies que están en libertad como algunas manadas de chigüiros y ocelotes.
A las 5:00 p.m. era hora de regresar a Medellín, y lo hicimos convencidos de que este es, sin duda, un lugar al que hay que volver, pues un día se queda corto para admirar todo lo que ofrece. Luego de una época compleja que marcó su historia, la Hacienda Nápoles reconstruyó su relato y ahora es un agente activo en la conservación de especies, una importante fuente de empleo y un atractivo turístico con enfoque ambiental y cultural.
Recuadro
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¡Que esta sea tu siguiente historia!
Fuente: Oberdan Martínez Orozco, administrador Parque Temático Hacienda Nápoles.