“La alimentación influye en más cosas de las que uno cree”: Paola Pérez
La health coach y fundadora de Cru.ba, un proyecto de alimentación consciente, explica por qué hay que comer bien y qué incidencia tiene esto en el bienestar de las personas.
Cuando comes de forma saludable, tu cuerpo lo siente. Ese bienestar se traduce en aspectos como la vitalidad, la energía y hasta el estado de ánimo. Sin embargo, no sueles percibirlo sino hasta que cambias tus hábitos y empiezas a comer mejor.
“La alimentación influye en más cosas de las que uno cree”, asegura Paola Pérez, health coach y fundadora de Cru.ba, una iniciativa desde la que acompaña la alimentación consciente a través de retos de 21 días que propician el cambio de hábitos y en los que se experimentan resultados inmediatos. “Con la comida uno le da información al cuerpo para que funcione bien o, por el contrario, lo haga de forma lenta”, agrega.
Comer saludable se traduce en vitalidad, energía y buen estado de ánimo.
Muchas veces la ansiedad, la depresión, los dolores de cabeza y la gastritis, entre otras afecciones, están asociadas a la forma en que te alimentas. “Nos parece normal tener dolencias y cuando empezamos a alimentarnos bien y llevamos un tiempo así, el cuerpo se desinflama y se empieza a sentir bienestar. Ensayen ocho o quince días y notarán el cambio”, dice Paola.
¿Cómo empezar a comer bien?
Los azúcares, las harinas y los carbohidratos simples son los principales enemigos de la alimentación saludable. El azúcar, por ejemplo, está relacionado con muchas enfermedades, genera adicción y es inflamatorio. Si sufres artritis, gastritis o migraña, debes evitarlo, pues es un ciclo vicioso que necesitas romper.
Lo mismo pasa con las harinas y los carbohidratos simples. Aportan una energía inmediata, pero no muchos nutrientes, entonces el hambre aparece pronto, generando ansiedad. “La invitación es a que cambiemos el azúcar y los carbohidratos simples por carbohidratos complejos, que son los vegetales”, sugiere la experta.
Las grasas saludables, que se encuentran en alimentos como el aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos, no son malas, contrario a lo que se decía en los años noventa. Paola dice que “estas son buenas, pues las células se alimentan de ellas, y el mismo cerebro”.
Lo anterior se relaciona con el concepto de alimentación consciente, que tiene que ver con comer con los cinco sentidos activados, escuchando tu cuerpo, entendiendo qué quiere decirte con sus reacciones a lo que le das para luego decidir si lo mantienes o lo eliminas.
Cru.ba: alimentación para sanar
Aunque Paola Pérez es ingeniera de formación, su experiencia de vida la llevó por el camino del coaching en torno a la alimentación saludable. Hoy le enseña a comer mejor a cientos de personas desde Cru.ba –que significa Crucial y Básico–, una iniciativa educativa y motivacional. “Se trata de enseñarle a la gente cómo, por medio de la alimentación, se puede estar más sano y cómo, con esta también, se puede estar mal”, afirma.
Su principal línea de acción es el reto de los 21 días, que consiste en fijar una fecha específica para el inicio, generalmente un lunes, y que se extiende durante tres semanas, hasta el domingo de la tercera.
La semana previa al inicio, Paola te explica en qué consiste el reto, por qué se hace, qué comerás durante esos días y por qué dejarán ciertos alimentos de lado. También te entrega una lista de mercado, un menú de recetas y preparaciones para toda la semana, y te ingresa a un grupo de WhatsApp para hacer seguimiento, brindar guías adicionales y compartir avances de los participantes.
¿Por qué 21 días? Porque, según explica la experta, hay estudios que demuestran que lo que haces durante 21 días se convierte en hábito y si lo mantienes hasta por dos meses, se vuelve más natural.
Paola también aporta su conocimiento en empresas, sesiones individuales y ahora piensa en nuevos productos, como un reto con recetas fáciles de cocinar “para sacarle la idea a la gente de que cocinar y alimentarse bien requiere mucho tiempo y dinero”.
7 tips de alimentación saludable
- Inicia el día comiendo vegetales. Los primeros alimentos determinan lo que se consumirá durante todo el día.
- Consume más jugos verdes o batidos. Por ejemplo, un batido de pepino, jengibre, apio, espinaca y manzana verde. Entre más verde y oscuro sea, más nutrientes aporta.
- Sé creativo e investiga. ¿Qué tal mezclar alimentos como brócoli con queso parmesano, o pancakes con un poco de remolacha? La clave está en explorar.
- Toma agua caliente con limón en ayunas. Es ideal para quienes sufren gastritis. Después de consumirla, enjuaga la boca para no afectar el esmalte de los dientes.
- Consume semillas. De girasol, calabaza, o nueces picadas.
- Desayuna abundante y cena liviano. Si comes tres horas antes de irte a la cama, dormirás mejor.
- No comas entre comidas. Cuando picas, quiere decir que no estás comiendo de forma nutritiva.
Preguntas orientadoras para reflexionar
- ¿Te sientes sin energía en algunos momentos del día?
- ¿Te da hambre y necesitas ‘picar’?
- ¿Quedas con sensación de llenura después de comer?
- Aunque estés satisfecho (a), ¿no puedes parar de comer?
- ¿Inicias el día comiendo algo dulce?
Si la respuesta a estas preguntas es sí, entonces es momento de revisar y cambiar tus hábitos alimenticios.
Libros recomendados
Cerebro de pan, de David Perlmutter.
El milagro metabólico, del doctor Carlos Jaramillo.
Fuente: Paola Pérez, health coach y fundadora de Cru.ba.