Una radiografía del bienestar
Entrevista con Andrés Aguirre
El director general del Hospital Pablo Tobón Uribe nos habla de las múltiples dimensiones que para él involucra este concepto.
Dirigir un hospital entraña una paradoja que también es un reto: hay que velar por el bienestar en medio grandes complejidades humanas y sacar lo mejor en situaciones de máxima tensión. Hablamos con Andrés Aguirre, médico y ávido lector.
El director general del Hospital Pablo Tobón Uribe fue reconocido en 2021 por Merco (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa) como uno de los 40 líderes con mejor reputación en Colombia y designado Colombiano Ejemplar en la categoría Salud-Persona en el mismo año. Estas son sus reflexiones.
¿Cómo entiende usted el bienestar?
AA: Es un concepto multidimensional y dinámico. Depende mucho de las etapas y las circunstancias de la vida de cada persona. Para ilustrar este principio me gusta usar una metáfora geométrica: no hay centro sin periferia. De esta manera, el bienestar se centra en aspectos diversos, dependiendo del contexto. Sin embargo, hay unas necesidades relativamente comunes a todos, señaladas por Manfred Max Neef, las cuales me gusta mencionar en triadas: subsistencia, protección y afecto; entendimiento, ocio y participación; y libertad, identidad y creación.
¿Destaca alguna de esas necesidades en particular?
AA: Aprovecharía para decir que estas necesidades nos indican que no debemos confundir el bienestar con experiencias instantáneas. Alguien pudiera tomarse un aguardiente doble y decir, a los 30 segundos, que tiene mucho bienestar. Eso sería peligroso porque se estaría confundiendo el bienestar con un estado de euforia que puede ser momentáneo e incluso ir en perjuicio del bienestar real. Y agregaría que, como complemento a esas necesidades, todos debemos tener un sentido de trascendencia, buscar algo por lo cual vivir.
Algunos dicen que no les afecta nada y por eso gozan de bienestar. ¿Qué opinión le merece esa postura?
AA: Creo que no se puede confundir bienestar con indolencia. Si a mí todo me resbala, eso puede ser un egoísmo narcisista. Los obstáculos o problemas son inherentes a la vida humana e ignorarlos es deshumanizarla. Una vida humana debe florecer, palabra clave.
El bienestar tiene que ver con el florecimiento de la propia vida, con el desarrollo de todo su potencial. Y otra palabra clave es prosperidad. La vida prospera cuando se vuelve más humana, no simplemente cuando transcurre sin sobresaltos. Tener proyectos y buscarlos implica una tensión que hay que gestionar, pero que nos va a conducir al bienestar.
“El bienestar es un derecho, pero también un deber con la propia vida”.
En el campo específico de la salud, ¿cómo entender el bienestar?
AA: Sin duda, un elemento esencial del bienestar tiene que ver con la salud. Pero tampoco puede verse desde una sola dimensión. No se trata solo de que todos los exámenes me salgan normales. Si, por ejemplo, uno se siente muy sano físicamente, pero no quiere hacer nada en la vida, no hay bienestar. O por el contrario: si me sale un examen alterado, no necesariamente eso perjudica mi florecimiento, ya que hay otras dimensiones que intervienen, como ya lo dije.
¿Qué recomienda para cuidar el bienestar físico?
AA: Está asociado, fundamentalmente, a unos estilos de vida saludables. En primer lugar, la nutrición: cómo nos estamos alimentando y cómo esos alimentos repercuten o no en el sobrepeso o la obesidad, uno de los factores de riesgo más grandes que tiene hoy la humanidad. Hay una epidemia de obesidad que conduce a muchos riesgos en la salud.
Por otro lado, la actividad física. Sé que no siempre es fácil, pero ahí es donde debemos entender que el bienestar es un derecho, pero también un deber con la propia vida. Si comemos todo lo que queremos y no hacemos ejercicio, eso no podemos compensarlo con una pastillita de bienestar, porque no existe. En ese sentido, también es importante mencionar la importancia de evitar el tabaquismo y ciertas adicciones que ponen en riesgo la vida.
¿Y qué decir, específicamente, de la salud mental?
AA: Tiene mucho que ver con la manera en que respondemos a las exigencias del ambiente y eso implica un trabajo de reflexión personal y evitar respuestas agresivas a los estímulos.
Hay una relación directa entre los estilos de vida saludables y la salud mental, que no solo pasan por los ya mencionados, sino también por el componente lúdico de la vida y el ocio. La vida es un asunto serio y, parte de esa seriedad, radica en la lúdica y el esparcimiento. Debemos realizar actividades que expandan nuestra vida, que la hagan disfrutable, pero que no la lesionen.
La expectativa de vida ha aumentado significativamente en las últimas décadas. ¿Cómo se relacionan la longevidad y el bienestar?
AA: Hoy se sabe que vivir más no tiene que ver solo con la cantidad, sino también con la calidad. Y en este punto hay un aspecto clave: la calidad de las relaciones que tengo con los demás, los vínculos relevantes que puedo generar y cuidar. Cuando hablo de vínculos relevantes no me refiero a un toque en un celular o al WhatsApp, sino a cómo entrar en la subjetividad del otro. Entablar relaciones personales en las que estén presentes la confianza y el reconocimiento.
Pasando al campo organizacional, ¿cómo es el reto de buscar el bienestar de las personas que trabajan en un hospital, en medio de las tensiones inherentes a la labor?
AA: Efectivamente, hay grandes tensiones en un hospital. Somos una máquina de resolver problemas: nadie entra a un hospital diciendo: ‘Estoy feliz, dichoso, no tengo problemas, por eso vine a Urgencias’. Generar bienestar en este ambiente es un gran reto, pero lo asumimos y es posible.
Hoy se sabe que vivir más no tiene que ver solo con la cantidad, sino también con la calidad. Y en este punto hay un aspecto clave: la calidad de las relaciones que tengo con los demás, los vínculos relevantes que puedo generar y cuidar
¿Y en qué se basa el éxito en ese reto?
AA: Yo diría que el bienestar de un colaborador, respecto a la organización en la cual trabaja, se basa en la respuesta satisfactoria a 5 preguntas básicas:
¿Qué tanta sintonía hay entre mi manera de interpretar la vida y mis principios, con los principios de la organización? Si yo soy muy sensible al dolor humano, por ejemplo, y en la organización para la que trabajo solo importa el dinero, ahí no hay una sintonía.
¿Qué tanto puedo desarrollarme y crecer como persona? Los trabajos automáticos desgastan. Hacer siempre lo mismo por un tiempo muy prolongado hace que no veamos posibilidades de crecer y ahí las empresas tenemos un reto enorme: promover el desarrollo de las personas y hacerlas crecer con base en su propio conocimiento.
¿Cómo es mi grupo de trabajo? Si mi grupo de trabajo es conflictivo, es muy difícil sentir bienestar laboral. Al final todos hacemos parte de un equipo y eso nunca se puede perder de vista.
¿Quién es mi líder? Los líderes somos como los jardineros de la rosa o de esa vida que debe florecer. Debemos crear un clima de seguridad emocional en el que la gente se pueda acercar a nosotros y expresarnos lo que siente, sin intimidarse o ver vulnerada su estabilidad.
¿Qué tanto entiende la organización mis necesidades? En nuestro caso, somos una organización certificada como empresa familiarmente responsable. Esto, entre otras cosas, significa que pensamos también en las familias de los colaboradores. Por poner un ejemplo, nuestros empleados pueden avisarnos con tiempo que llevarán por primera vez a su hijo a la guardería, y ese día no les asignamos turno.
“El bienestar tiene que ver con el florecimiento de la propia vida, con el desarrollo de todo su potencial”.
A nivel personal, ¿qué hábitos practica para lograr su bienestar?
AA: En mi caso, todos los días me levanto a las 4:10 a.m. a hacer ejercicio. Una actividad física relativamente intensa, porque puede extenderse hasta 2 horas. Al final de la tarde siempre estoy con mi familia. Luego hago una buena lectura y escucho música clásica. En general, trato de no tener una vida sedentaria, tener vínculos relevantes y disfrutar de cosas que cultivan, como la buena música y la lectura.