Aunque últimamente —y cada vez con más frecuencia— se ha hablado de este término en los medios de comunicación, no se trata de un fenómeno que ocurra de la noche a la mañana. Te contamos lo que necesitas saber.
La posibilidad de enfrentar una recesión económica en Colombia ha causado alerta en los últimos meses. Distintos analistas han sugerido que es posible que nos estemos acercando a una y, sin embargo, es poco lo que se ha difundido sobre las consecuencias que nos podría traer en nuestro diario vivir.
Para comenzar, vale la pena que entendamos cuál es el indicador que les sirve a los expertos para determinar si habrá o no una recesión. Se trata del Producto Interno Bruto (PIB) que, en pocas palabras, es el reflejo de la riqueza de un país según el aporte de los diferentes sectores económicos a su crecimiento.
En Colombia, la recesión se da cuando la evaluación del PIB, emitida por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), deja en evidencia que hubo, durante dos o más años consecutivos, una reducción en su cifra final. Es decir, una disminución en la producción de los bienes y servicios ofrecidos en el país en contraste con su demanda.
Es importante tener en cuenta que hay posiciones encontradas sobre si este fenómeno se debe definir como una crisis, pues es normal que todas las economías transiten por períodos de auge y declive.
“Hay algunos que dicen que la crisis es más aguda y tiene una mayor afectación en la población. Dicen que la recesión es simplemente una caída en la producción”, explica Mauricio López González, coordinador del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la Universidad de Antioquia, quien apunta también que “toda crisis implica una recesión, pero no toda recesión implica una crisis”.